martes, 26 de noviembre de 2013

Esperanza.

Un día me dijeron que la esperanza era lo último que se perdía, pero para mi es contradictorio, si no mírame; vagueando entre la gente, intentando recuperar aquel sentido que le encontré un día a la vida.   
Sin esperanza, sin agonías.  
Estoy abierta al mundo, pero cerrada a lo nuevo. 
Contradictorio, ¿verdad? 
Quiero pero no debo, debo pero no puedo y así, un bucle interminable entre la razón y el corazón. 
Ya no queda esperanza (y ni quiero que vuelva). ¿Para qué? ¿Para volver a caer? 
Ahora me dejaré llevar a donde me lleve el viento, ¡a perseguir estrellas!, ¡A CORRER ENTRE LA NIEBLA! O no sé, simplemente me dejaré llevar. 


"-¿Rumbo? 
-El que tomen mis pies.
-¿Destino?
-¡El que se deje caer!
-¿Y para qué todo este largo camino, mi capitán?
-¿Y por qué no, compañero?"

Definimos esperanza como el confiar en que ocurrirá o se logrará lo que se desea, pero ¿y si no ocurre?, ¿y si no se logra?, ¿para qué desear?

Acepta la vida con sus buenas y malas cosas -aunque estas últimas no gusten demasiado- déjalas pasar, déjalas que vengan y que te instruyan. Saca lo bueno de lo malo, lo malo de lo bueno. No planees una vida, no abraces a la esperanza, no te aferres a los sueños, no vivas en uno de ellos, porque al final te despertarás y no tendrás más remedio que caer sin saber como levantar.
¿Y todo esto para qué? 

Al final no sirvió nada esa esperanzano duró lo suficiente como para para mantenerte feliz en vida, o perdiste mucho tiempo viviendo en una mentira.
 Porque sí, al fin y al cabo eso es la esperanza, un engaño a ti mismo, a ti y a los demás, a ti y a tu verdad. Una mentira con la que al final te chocarás. 

Déjate llevar sin esperar nada de nadie, sin buscar la felicidad; que venga lo que tenga que venir, que se vaya lo que se tenga que ir. Porque por más que lo intentes justificar: "esperanza = engaño", una ecuación fácil pero, por más que la intento explicar, muchos no la entienden.