miércoles, 29 de noviembre de 2017

Tiempo



Vale.

Ya está decidido.
Alargarlo en el tiempo es innecesario, inaceptable.
Duele. Y más cuando sabes que eres tú el que tiene que dar el paso, porque eres tú el que ya no estás en sintonía. Simplemente desafinas. 
Me gustaría decir mil cosas aunque probablemente no oigas ninguna, pero gracias, lo siento y debes disculparte.
No hay juez ni verdugo en esta situación, simplemente ya queda poco en mí para darte. Y lo siento por no poder cumplir nuestros sueños juntos, nuestras promesas, pero hacía ya un tiempo en el que no me incluía en ellas. 
Nadie es perfecto, así que perdóname mis defectos porque yo me quedaré simplemente con los buenos recuerdos.
Ha sido un tiempo desde que nos conocimos, así que me conoces a la perfección. Por favor, no me destruyas porque de verdad que lo siento. Simplemente ya no siento.
No sé si te sería más fácil que hubiese sido una perra, a lo mejor te ayudaría a olvidarme más rápido y con más rencor.
Pero no ha sido nada de eso, creo que te mereces lo mejor que pueda dar de mí.
Sé que en algunos aspectos no he sido lo suficientemente buena par ti, pero tú también eras deficiente en otras cosas. Así que simplemente no me sintonizo con tu melodía.
Gracias por haber sido aquella persona que se atrevió a meterse en mis tinieblas y que encontró algo por lo que luchar, porque yo me había rendido. 
Sabes que siempre habrá un asiento en mi corazón que tenga tu nombre, y aunque no vayamos por el mismo camino ahora podemos volver a encontrarnos, a cortarnos por un punto en común.
Estaré encantada de volver a verte.
Pero lo siento, ahora necesito tiempo. Necesito mi tiempo. Necesito amar a una sola persona, necesito ser de una sola persona. Mía. 
Creo que ha llego la hora de amarme por encima de cualquier cosa y de volver a reconciliarme conmigo misma. 
No hay excusas para decirte adiós, solo una afirmación. Ya para mí no es lo mismo. 

En voz alta.






Vivimos caminando en este páramo de soledad
donde solo nos percatamos de la existencia del otro en momentos circunstanciales
Y no sé si quiero más eso
no sé si quiero seguir caminado a tu lado.

jueves, 23 de noviembre de 2017

XXII-XI

Te sigo esperando.
Sigo sentada esperando a volver a verte.
Te echo de menos y sólo ha pasado un día.
Espero que estés bien.
Perdóname.

Ojalá hubiese tenido el coraje de estar a tu lado en ese momento.
Pero no podía verte ir,
simplemente no podía.

Espero que me perdones,
porque siempre te querré.

Fuiste, has sido y serás
mi pasado, presente y futuro.
Porque aunque no estés
siempre estarás.
Porque aunque te hayas ido
en mí siempre volverás.

Gracias por estos años,
gracias por tu compañía.
Gracias por estar a mi lado
cuando nadie más sabía las batallas que estaba luchando.

Perdóname por no haberme dado cuenta
que tú también tenías batallas que lidiar.
Perdóname por no cubrirte las espaldas.
Perdóname porque estuve cegada con mi egoísmo
y no super devolverte todo lo que necesitabas.

Espero que te hayan recibido bien donde quieras que estés.
Espero que él esté a tu lado.
Dile que le quiero también.

Te echo de menos.
Y sé que siempre te echaré de menos.

K.

martes, 21 de noviembre de 2017

4:03





Como si fuese poco tiempo, me quedé toda una vida esperando para poder mirarte a los ojos con valentía y saber cómo expresar mis sentimientos sin que me tiemble la voz.

Retratos.





Cien pienceladas di
antes de darme cuenta
que tu mirada no es la misma que la de ayer.
Y es ahí
cuando verifiqué
que el hielo también puede quemar.

Terrible decisión.









Lloro ante la pesadez
Que me hace saber
Que aunque quiera,
No puedo.
Que aunque pueda,
No debo.

Tus infiernos.





tener la necesidad de ser comprendida
es tan doloroso
que sientes que te ahogas en tu propia mente
donde nadie puede encontrarte
donde tendrás una muerte segura

Sin querer, pero queriendo.





Perdóname si alguna vez te he hecho sentir mal,
si alguna vez te he hecho daño,
si alguna vez he hecho que te preocupes más de lo que debes
por ser como soy.

A veces no me doy cuenta;
otras, no puedo pararlo.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Cómo decir adiós.







Siento tus verdades empobrecidas de esperanza bajo mi piel.
Desato los hilos que bordaban mis entrañas y las dejo caer.
Ruego por la quemazón que se atasca en mi garganta al escuchar tu sentencia.
Me dejo fluir en este torbellino de inseguridades que hace flaquear mis piernas.
Digo adiós con la mirada porque más no puedo hacer.


miércoles, 8 de noviembre de 2017

Deseos.






Cuando tu sonrisa ilumina la empobrecida habitación, me doy cuenta de que me he perdido en la melosa ilusión de poder besar tus labios.
Deja la ventana abierta para que suavicen mis deseos de amarte, deja que corra el aire en el infernal desierto que me separa de poder sentir el calor que emana tu cuerpo.
Quédate tranquilo, sé que esa luz en tu mirada no me corresponde pero déjame más tiempo vagando en esta agridulce pesadilla que conectaba tu vida con la mía.