Vale.
Ya está decidido.
Alargarlo en el tiempo es innecesario, inaceptable.
Duele. Y más cuando sabes que eres tú el que tiene que dar el paso, porque eres tú el que ya no estás en sintonía. Simplemente desafinas.
Me gustaría decir mil cosas aunque probablemente no oigas ninguna, pero gracias, lo siento y debes disculparte.
No hay juez ni verdugo en esta situación, simplemente ya queda poco en mí para darte. Y lo siento por no poder cumplir nuestros sueños juntos, nuestras promesas, pero hacía ya un tiempo en el que no me incluía en ellas.
Nadie es perfecto, así que perdóname mis defectos porque yo me quedaré simplemente con los buenos recuerdos.
Ha sido un tiempo desde que nos conocimos, así que me conoces a la perfección. Por favor, no me destruyas porque de verdad que lo siento. Simplemente ya no siento.
No sé si te sería más fácil que hubiese sido una perra, a lo mejor te ayudaría a olvidarme más rápido y con más rencor.
Pero no ha sido nada de eso, creo que te mereces lo mejor que pueda dar de mí.
Sé que en algunos aspectos no he sido lo suficientemente buena par ti, pero tú también eras deficiente en otras cosas. Así que simplemente no me sintonizo con tu melodía.
Gracias por haber sido aquella persona que se atrevió a meterse en mis tinieblas y que encontró algo por lo que luchar, porque yo me había rendido.
Sabes que siempre habrá un asiento en mi corazón que tenga tu nombre, y aunque no vayamos por el mismo camino ahora podemos volver a encontrarnos, a cortarnos por un punto en común.
Estaré encantada de volver a verte.
Pero lo siento, ahora necesito tiempo. Necesito mi tiempo. Necesito amar a una sola persona, necesito ser de una sola persona. Mía.
Creo que ha llego la hora de amarme por encima de cualquier cosa y de volver a reconciliarme conmigo misma.
No hay excusas para decirte adiós, solo una afirmación. Ya para mí no es lo mismo.