domingo, 14 de octubre de 2018

tu mío


Cuéntame cada secreto de tu habitación,
cada rincón en el que habitas,
quiero aprenderme tus curvas,
 tus pequeños cortes musculares.
Cada abismo que hay en ellos
y perderme.

Como Dios.

Todo lo que tiene que salir mal, va a salir mal.
No hay opción a que se posponga,
no hay validez en el hecho de rechazar algo inevitable,
porque si algo tiene que pasar, pasará.

La opción de pausa no existe en la vida.

Ni la de retroceso.

Ni la de huida. 

Solo queda el presente:
    defectuoso y caprichoso.
Presente obligado
porque el tiempo es el dictador de nuestros días.



Mi yo.

Habrá un momento en el que no haya más luz que mi propia oscuridad.