viernes, 15 de diciembre de 2017

Me acuerdo de ti.





No sé si has llegado a mi vida en el peor momento o en el más idóneo.
Pero has llegado.
Y ahora ya no quiero alejarme de ti.


miércoles, 29 de noviembre de 2017

Tiempo



Vale.

Ya está decidido.
Alargarlo en el tiempo es innecesario, inaceptable.
Duele. Y más cuando sabes que eres tú el que tiene que dar el paso, porque eres tú el que ya no estás en sintonía. Simplemente desafinas. 
Me gustaría decir mil cosas aunque probablemente no oigas ninguna, pero gracias, lo siento y debes disculparte.
No hay juez ni verdugo en esta situación, simplemente ya queda poco en mí para darte. Y lo siento por no poder cumplir nuestros sueños juntos, nuestras promesas, pero hacía ya un tiempo en el que no me incluía en ellas. 
Nadie es perfecto, así que perdóname mis defectos porque yo me quedaré simplemente con los buenos recuerdos.
Ha sido un tiempo desde que nos conocimos, así que me conoces a la perfección. Por favor, no me destruyas porque de verdad que lo siento. Simplemente ya no siento.
No sé si te sería más fácil que hubiese sido una perra, a lo mejor te ayudaría a olvidarme más rápido y con más rencor.
Pero no ha sido nada de eso, creo que te mereces lo mejor que pueda dar de mí.
Sé que en algunos aspectos no he sido lo suficientemente buena par ti, pero tú también eras deficiente en otras cosas. Así que simplemente no me sintonizo con tu melodía.
Gracias por haber sido aquella persona que se atrevió a meterse en mis tinieblas y que encontró algo por lo que luchar, porque yo me había rendido. 
Sabes que siempre habrá un asiento en mi corazón que tenga tu nombre, y aunque no vayamos por el mismo camino ahora podemos volver a encontrarnos, a cortarnos por un punto en común.
Estaré encantada de volver a verte.
Pero lo siento, ahora necesito tiempo. Necesito mi tiempo. Necesito amar a una sola persona, necesito ser de una sola persona. Mía. 
Creo que ha llego la hora de amarme por encima de cualquier cosa y de volver a reconciliarme conmigo misma. 
No hay excusas para decirte adiós, solo una afirmación. Ya para mí no es lo mismo. 

En voz alta.






Vivimos caminando en este páramo de soledad
donde solo nos percatamos de la existencia del otro en momentos circunstanciales
Y no sé si quiero más eso
no sé si quiero seguir caminado a tu lado.

jueves, 23 de noviembre de 2017

XXII-XI

Te sigo esperando.
Sigo sentada esperando a volver a verte.
Te echo de menos y sólo ha pasado un día.
Espero que estés bien.
Perdóname.

Ojalá hubiese tenido el coraje de estar a tu lado en ese momento.
Pero no podía verte ir,
simplemente no podía.

Espero que me perdones,
porque siempre te querré.

Fuiste, has sido y serás
mi pasado, presente y futuro.
Porque aunque no estés
siempre estarás.
Porque aunque te hayas ido
en mí siempre volverás.

Gracias por estos años,
gracias por tu compañía.
Gracias por estar a mi lado
cuando nadie más sabía las batallas que estaba luchando.

Perdóname por no haberme dado cuenta
que tú también tenías batallas que lidiar.
Perdóname por no cubrirte las espaldas.
Perdóname porque estuve cegada con mi egoísmo
y no super devolverte todo lo que necesitabas.

Espero que te hayan recibido bien donde quieras que estés.
Espero que él esté a tu lado.
Dile que le quiero también.

Te echo de menos.
Y sé que siempre te echaré de menos.

K.

martes, 21 de noviembre de 2017

4:03





Como si fuese poco tiempo, me quedé toda una vida esperando para poder mirarte a los ojos con valentía y saber cómo expresar mis sentimientos sin que me tiemble la voz.

Retratos.





Cien pienceladas di
antes de darme cuenta
que tu mirada no es la misma que la de ayer.
Y es ahí
cuando verifiqué
que el hielo también puede quemar.

Terrible decisión.









Lloro ante la pesadez
Que me hace saber
Que aunque quiera,
No puedo.
Que aunque pueda,
No debo.

Tus infiernos.





tener la necesidad de ser comprendida
es tan doloroso
que sientes que te ahogas en tu propia mente
donde nadie puede encontrarte
donde tendrás una muerte segura

Sin querer, pero queriendo.





Perdóname si alguna vez te he hecho sentir mal,
si alguna vez te he hecho daño,
si alguna vez he hecho que te preocupes más de lo que debes
por ser como soy.

A veces no me doy cuenta;
otras, no puedo pararlo.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Cómo decir adiós.







Siento tus verdades empobrecidas de esperanza bajo mi piel.
Desato los hilos que bordaban mis entrañas y las dejo caer.
Ruego por la quemazón que se atasca en mi garganta al escuchar tu sentencia.
Me dejo fluir en este torbellino de inseguridades que hace flaquear mis piernas.
Digo adiós con la mirada porque más no puedo hacer.


miércoles, 8 de noviembre de 2017

Deseos.






Cuando tu sonrisa ilumina la empobrecida habitación, me doy cuenta de que me he perdido en la melosa ilusión de poder besar tus labios.
Deja la ventana abierta para que suavicen mis deseos de amarte, deja que corra el aire en el infernal desierto que me separa de poder sentir el calor que emana tu cuerpo.
Quédate tranquilo, sé que esa luz en tu mirada no me corresponde pero déjame más tiempo vagando en esta agridulce pesadilla que conectaba tu vida con la mía.


viernes, 25 de agosto de 2017

Soy.


Yo soy fuego, aire, viento.
Soy tierra, donde enraízan tus alientos. 
Soy lobo, soy fiera. 
Soy llantos de desespero.
Soy sangre recorriendo tus arterias, tus venas, tu cuerpo. 
Soy latido, suspiro, bandido. 
Soy la amada en llamas, la luna sin estrellas, la vida sin que tú estés en ella.
Soy quien no quiere ser y quién es.
Quien observa y calla y que cuando calla, otorga. 

Soy la consciencia ebria, la que embriaga tus anhelos en mis piernas. 
Soy los labios rotos, la mirada perdida, la conciencia tranquila. 
Soy una bala en el pecho, una herida abierta que no cicatriza. 
La que se quiere curar y la que está en carne viva. 
Soy olor a libro viejo, sabiduría a base de palizas. 
Soy cenizas que no arden, un espejo roto, un reflejo olvidado. 
Un artista que odia su obra, una novela sin final, una canción que nadie escucha. 

Soy mendigo, emperador, juez de tu propia muerte. 
Soy agua, lágrimas dulces en el momento más amargo. 
Soy risa de mirada triste. 
Pidiendo afecto, una puta que no llega a fin de mes. 
Soy el aliento del ángel de la muerte en tu nuca. 
Devastadora, desgarradora, aterradora. 

Solo soy quien no quiere ser y quién es, 
quien ama y quién no es amado,
quien llora y quién no es consolado.
No soy nadie y soy todo. 
Soy todo y no soy nadie. 
Soy un bucle infinito de posibilidades improbables. 

Soy y no existo. 


sábado, 22 de julio de 2017

Estudios



Ya que esto se va a convertir en una rutina, me gustaría hablar de los estudios. De mi futuro.
Yo tenía las cosas muy claras, quería ser psicóloga. Pero como siempre la vida te jode las cosas, o te las jodes tú misma, y todo cambia.

Estoy estudiando biología.

Y lo más paradójico de todo esto es que me está encantando. No es la carrera de mi vida pero siento que estudiando biología puedo ser mejor persona, me está ayudando a darme cuenta de muchas cosas de mi alrededor y da respuestas a muchas preguntas internas.
No será la carrera de mi vida, pero quiero en mi vida esta carrera.

Aún así, hay a veces que me supera y no encuentro las ganas de seguir esforzándome y me pongo como excusa que esto no es lo que he querido nunca. Y aquí es cuando llega el compararse con otras personas.

No soy una persona inteligente. Y me da risa porque la inteligencia era lo único que consideraba bueno en mi. Pero me he dado cuenta de que no lo soy. No soy esa persona que con poco esfuerzo consigue grandes cosas, no seré la que consiga ninguna cura a los problemas de este enfermo mundo. Y eso me duele.

Soy ambiciosa, mucho. Me he odiado tanto, he odiado tanto mi exterior que solo encontraba consuelo en mi cabeza. Solo me quedaba mi inteligencia para hacer grandes cosas y que la gente me valorase por ello. Duele. Duele darse cuenta que personas inteligentes hay muy pocas y que yo no soy una de ellas, porque soy ambiciosa y a la vez una vaga de mierda. Porque quiero las cosas sin esfuerzo y las quiero bien hechas. Parezco una matona robándole los ejercicios a una empollona.

Me doy vergüenza. Quiero ser la mejor en lo que hago. Y joder lo quiero sencillo. Ingenua de mi que creía que todas las cosas iban a ser así.

Voy a ser la mejor porque me gusta ser ambiciosa, pero voy a trabajar en ello como la que más porque odio ser la matona.

martes, 18 de julio de 2017

Vuelvo a estar aquí.

Es ilógico pero creo que está es mi mejor medicina. También es una tortura releer mis palabras.
Estos días atrás he querido vivir en otra realidad y a día de hoy no sé en qué dimensión estoy.
Miro a mi alrededor y siento que algo no está bien y cuando de verdad vuelvo a mis sentidos lloro y a veces sin sentido.
Siento como que todo gira en mi cabeza, me mareo y no sé en qué punto de mi vida estoy.
Tengo que arreglarlo, sé que tengo que hacerlo.
Yo soy la única respuesta a mis preguntas.
Y maldita sea la hora en que mi mente crítica comenzó a cuestionarse cada segundo de mis días.

Es ilógico, ¿verdad?
Desde este momento necesito volver a la realidad y no a los pensamientos ficticios que mi mente desarrolla cuando se ve en la cuerda floja.
Tengo que vivir.
Y tengo que hacerlo de la mejor manera posible.

Es irónico.

Me imagino realidades alternativas porque hay cosas de mi vida que no quiero afrontar. Soy una cobarde patológica. Pero así soy. Necesito afrontarlo. Tengo que hacerlo. Y ahora es el momento.

Por más que pida ayuda la única que puede ayudarme soy yo misma. Nadie más puede hacerlo. Y mira que lo deseo con todas mis fuerzas, pero es imposible evadirme de lo que realmente tengo que hacer. Me tengo que ayudar y voy a seguir llorando. Y van a seguir doliéndome las cosas. Y van a seguir siendo injustas muchas otras. Pero así es mi vida, ¿no?
Necesito dejar de imaginarme falsas realidades, tengo que vivir con lo que la vida me ha dado.
Esto me recuerda al "bricolaje evolutivo" de paleontología: la selección natural no actúa con todos los diseños posibles, sino con un conjunto de variaciones al azar del legado filogenético.

No podemos tener respuestas a todas nuestras preguntas, a veces las cosas pasan y no tenemos por qué saber el motivo. Las aceptamos, las tragamos aunque se nos haga una bola. Así es como tengo que ver las cosas.

Tengo que aprender muchas cosas aún, pero lo primero que tengo que hacer es afrontar lo que estoy viviendo. Ser consciente de mi vida. No huir.

Después ya veré como afronto los problemas.


domingo, 16 de julio de 2017

Me doy cuenta.

Hoy no me encuentro bien. No sé si es por el tiempo de mierda que hace o por mis nubarrones internos que no terminan de colapsar, pero no me encuentro bien.
Ya he pasado por esto antes, sé qué me pasa. Creo que eso es lo peor de todo.
Y sé qué es lo que se siente cuando las nubes colapsan.

Llega la tormenta.

Y me asfixio.

No entiendo por qué siempre me empeño en no ser feliz. En no afrontar las cosas. En no ponerle nombre a lo que estoy viendo.

Me da miedo decirlo en voz alta. Me da mucho miedo. Todo me da miedo. Y todo esto surge de mi interior. De ese pequeño bastardo que tengo dentro y que solo quiere partirme la caja torácica en dos para poder salir y devorarme.

He visto demasiadas películas.

Pido ayuda a gritos mudos. Ni siquiera soy capaz de volverme a mirar a un espejo. Me ha vuelto el tic de tocarme la barriga cada vez que abro la nevera y voy a comer, el tic que me recuerda lo gorda que estoy. Ayer me dio ansiedad y tuve que sentarme y repetirme que eso pasa, que soy fuerte. Que la ola ya se fue. Hará unas semanas que pensé en meterme los dedos y pensarlo me tranquilizaba. Quería clavarme algo en la piel porque me dolía mucho el pecho. Quemaba respirar. "Es mejor dolor fuera que dentro" eso me solía repetir.

Maldita mente enferma.

Me da miedo este sitio, me da miedo mi interior y ya no sé dónde refugiarme.

Y me da más miedo ver lo que he escrito. Escribir era mi vía de escape y eso significa que estoy en peligro.

lunes, 10 de abril de 2017

Ahora.

Mi propósito este año es ser quien más anhelo ser.
Ser la mejor versión de mi misma.
Amarme.
Desearme.

Quiero dar el paso, un paso más en todas las direcciones.
Quiero ser vegana.
Quiero teñirme el pelo.
Quiero vestirme tal y como me siento.
Quiero ser más fuerte y llorar menos, llorar cuando haga falta.
Quiero ser verano.
Quiero ser labios, carne, besos.


Quiero que no sea un quiero, quiero que sea un ahora. Un ya. Un voy a empezar en este instante.



jueves, 23 de febrero de 2017

Muerte viviente.



Estoy en una pequeña isla en medio de un lago. Es un refugio. Sólo hay una salida. El lago es demasiado grande y profundo para nadar en él y la salida, bueno... no sé dónde está esa salida. Y es curioso porque entré por ese camino y no me acuerdo dónde está.
Es una isla curiosa, pequeña, acogedora. La conozco de antes, lo sé, lo siento. Y no sé por qué no encuentro esa maldita salida.

No es que no me guste estar aquí, como dije me siento familiarizada con esta isla. Solo es que sé que tras pasar el lago hay un inmenso bosque. Quiero ir al bosque. ¿Quién sabe, a lo mejor hay cosas nuevas?  Pero aquí se está bien.

Me da miedo el lago, por eso lo ignoro. No me acerco a la orilla. ¿Y si la salida está por ahí oculta y yo sigo aquí, en la distancia, viendo como pasa el tiempo? Bueno, aquí se está bien.
No hay peligro. Es una isla bonita aunque no hay gran cosa en ella.

Anhelo oler a vida. Aquí no ocurre nada. Solo me quedo sentada viendo como los momentos van pasando ajena a ellos.

Me canso de esta isla. En realidad no es tan bonita. No hay nada.

Quiero salir pero el lago se ve tan peligroso y sigo sin encontrar la salida. ¿Por qué fui a la isla, de qué huía?

Me acerco a la orilla y veo mi reflejo en ese agua tan mansa y me doy miedo porque no me reconozco. ¿Cuánto tiempo he estado aquí? ¿En qué me he convertido? Empiezo a buscar la salida desde la orilla. Sigo sin encontrarla.

Siento que estoy entrando a la boca del lobo, el agua es demasiado mansa y no sé qué esconde en sus profundidades. Me da mucho miedo el adentrarme en él. ¿Quiero salir? No lo sé. Me gustaría cerrar los ojos y que al abrirlos estuviera en la orilla del bosque. Seguro que allí hay vida, porque aquí huele a muerte, a mi propia muerte respirando en mi cogote a espera de que me vuelva a dormir en esa pequeña isla.

Estoy anestesiada. Aquí no pasa nada. Me dan ganas de tirarme al agua y nadar, nadar, nadar... y ahogarme. Eso podría salvarme.

Meto los pies en el agua por primera vez desde que llegué allí. Está helada como las manos de un muerto. Me hace ser consciente de mi propio calor, ese que poco a poco se está yendo. Tirito. Me duele todo el cuerpo. Son pinchazos de realidad. No es una isla, es mi propio infierno. La tinta de un libro en el que está escrito tu propia muerte. Es mi isla, mi mente, mi alma apaciguada, mi distorsión de la realidad, deseos, anhelos, suspiros, muerte, vida...

Me llega el agua por el cuello.

¿Y si me dejo llevar? ¡Qué ilusa eres! No es un río, es un lago... aquí solo caerás al fondo y nadie vendrá a salvarte. ¿Nadie me salvará? ¿Qué hago entonces? Intento nadar.

Maldita sea la hora a la que llegué a esta isla.

Aún sigo nadando. ¿Llegaré a la orilla? No lo sé, pero me está costando mucho nadar...


martes, 31 de enero de 2017

Crisis.


Lloro.
Lo hago.

Lloro.

No sé si alguna vez podré expresar mis sentimientos bien, soy muy mala abriéndome en canal. Todo lo dejo a medias tintas.
Pero lloro.

Otra vez, siento que estoy medio vacía. A medio construir,

Tienes etapas en las que te vas formando como persona, en la que creces y estás hecha un lío cuestionándote todas las cosas que pasa a tu alrededor o lo que pasa por tu cabeza.
Pero te encuentras.
Son etapas que tienes que pasar. Eso me digo a mí misma.

No sé qué hacer. Quiero ser el ahora. Vivirme. Amarme.
Y otra vez. Siento que vuelvo a caer.

Esto perdida. Soy ese puto dedal que no se encuentra entre tanta paja.

Lo siento todo. Y a veces siento que no he sentido nada.
Me quedo a medias.

Ojalá tuviese el coraje que tuvo Mulán, Cortarme el pelo, luchar por lo que quiero. Y levantarme tras la avalancha.

Pero lloro. Jodida llorona.